bueno, hoy comenzaremos en este sitio, es la primera vez que estoy aquí pero podríamos hablar de las esperas en los colectivos, en las cabinas telefónicas, en los baños públicos. Estas esperas me ponen de cierta manera como a nacho. Nacho estaba sentado frente a la pc, no sabía muy bien que era lo que esperaba, no sabía nada de su espera si ya habría terminado o seguiría en espera. Se acordaba de su espera y del resto de la gente que estaba arriba en la montaña, ya con sus copas de vinos brindando, no se, si la noche buena pero si sabía que estaban rodeados de sol, de perros, esos perros con un poco de sarna que quisieran más comida y allí esta el gato que le roba su comida. Nacho esperaba y esperaba en frente de su pc que nada sabía ya que esperaba, pero seguía recordando de Susana que le estaría esperando con su boca suave y húmeda de vino, y su copa siempre abierta. En esos momentos Nacho inclina la cabeza hacia atrás, soñando con ese cielo, bebiéndolo desde el recuerdo, de todos sus momentos - recuerda esa ves que estaba sentado en la mesa comiendo con su familia que ya hacía 24 años de este acontecimiento que nacía su mente hacia el recuerdo que lo acompaña desde ahí, que sabe de sus raspones más dificultosos, de sus caídas de techos que nunca se pudo olvidar- recuerdo que acompaña a esta espera, y se realzan.
Nacho, hay nacho, que dirías si estas frente a todos, a todos tus recuerdos que vienen y esos que están ocultos hasta que se te brinda como primero, oh, nacho que dirías tú en todas las palabras pronunciadas por el recuerdo y el café con leche a la mañana con tostadas y miel que siempre esperabas en esos días de invierno crudo al lado del calefactor, y la mano que te servía era tu padre, nacho que dirías tú si ya habrías terminado con la pc y te reunirías en la montaña con tus pares y una copa en la mano.
-adiós-dijo y se fue