hola,hola,

sonaron las campanillas

allí quede sentado

hola,hola,

quise entrar
vi un cartel - cerrado-

hola,hola,

di vuelta los ojos,

luego la cabeza

hola, hola,

abrí la puerta negra

y el sillón chorreado, de sol.
va llover hoy - dijo el mameluco azul posado en la camioneta, le hechó un chupón al cigarro y continuó- las hormigas se pasean ida y vuelta, en aquellas baldosas- tiró la colilla y marchó en dirección a casco blanco. Lo miró con sus ojos claros y la nariz puntiaguda, le hizo seña para que lo ayudara con el cemento, ya no era hora del almuerzo, había que trabajar. Aquel dejó seguir las palabras de igual modo que los autos en la calle, miró hacia la botella de agua y no la agarró.
Mamelucos. Cascos blancos. Van y vienen como hormigas destruyendo.

Se saborea....

Se saborea la briza, el perfume de la lluvia. Llega desde afuera el sonido limpio de una cortadora de césped, constante. Vistes como de verano, con el vestido floreado, tu cabello recogido por invisibles. Frena la cortadora por un instante, dando la entrada al saludo, a tu mano, un beso en la mejilla, el aroma de la piel sobre la mía. Ya no estamos solos en este día de lluvia